SUDAMERICANA / RIVER 0 - HURACAN 1

La cosa está Espinoza

River jugó uno de los peores partidos de los últimos tiempos y cayó 1-0 ante Huracán en la ida de la semifinal de la Sudamericana. El gol lo marcó Espinoza tras un rebote en Casco. El equipo de Gallardo debe recuperarse pensando en la revancha y en el viaje a Japón.

River se atragantó con una Espinoza llamada Huracán. Fue una noche distinta a otras noches de Copa. El equipo de Gallardo no tuvo ni el juego, ni la mística, ni la fortuna, ni la contundencia del Alario que le viene de dar la Libertadores. Así, redondeó una de las peores actuaciones de los últimos tiempos. Dejó escapar la ida de la semifinal de la Sudamericana. Puede, por cierto, dar vuelta la serie en la revancha. Pero antes que nada debe recuperar su memoria de fútbol. Del otro lado, el Globo se ilusiona: si repite lo del Monumental, tendrá muchísimas chances de mantener la categoría en la última fecha del torneo.

El gol de Espinoza resume en gran parte las predisposiciones de ambos equipos. Un Huracán que tuvo la voluntad de atacar y encontrar los puntos débiles del rival. Un River que se defendió mal. En ese combo, el delantero del Globo primereó a Milton Casto. En un rebote, le terminó metiendo una extraña emboquillada a Barovero.

Antes y después de ese 1-0, Huracán sorprendió a River. Le cortó las líneas de pase, lo condicionó al pelotazo y lo encontró mal parado cada vez que le sacaba la pelota en la zona central. A River le faltaba pase, pausa, un Pisculichi y algo más de paciencia para no subir con tanto desorden. Por eso el arco de Díaz fue una lejanía en ese primer tiempo. Encima, las apuestas individuales tampoco funcionaron. El Pity Martínez generó murmullos. Driussi, un tanto de barullo. Sánchez recién apareció en la segunda etapa... Y arriba, ni Mora ni Alario se encontraron cómodos.

Por el contrario, lo de Wanchope Abila cada día parece más grandioso. Es un especialista en el juego de espaldas. Le permite descansar a su equipo cuando hace falta salir con un pelotazo. Y lo aprovechó Espinoza, llegando con todo el campo de frente para encarar al dubitativo Casco.

Gallardo trató de cambiar con los ingresos de Viudez, Lucho González y Saviola. Recién en los últimos minutos, un poco por empuje y otro poco por el cansancio de Huracán, logró imponerse por primera vez en la noche. La primera triangulación clara casi termina con el empate del Conejito. Pero no fue posible. No era la noche de River.

Casi regalado a los contraataques contrarios, River arriesgó por demás. Y se salvó en el final de una jugada que terminó con una picada de Wanchope Abila al travesaño. No entró. Por eso sigue con vida para la revancha. Para decir que la cosa ya no estará Espinoza.